Viajes_en_ Velero_plaza_a_plaza_Nora_Cabo_Pula

Apuntes de un Viaje en Velero por Cerdeña






Apuntes de Derrota

*Toda la información expuesta a continuación ha sido elaborada de buena fe con la única intención de ser de utilidad a otros navegantes. No obstante, la seguridad de un barco depende en última instancia del juicio de su patrón, el cual debe evaluar toda la información publicada y no publicada disponible. En ningún caso estas notas deben ser consideradas como sustitutas de los derroteros oficiales.

Introducción

En este artículo econtraréis información sobre nuestra navegación en velero alrededor de la isla de Cerdeña en el verano de 2018.

Hemos circunnavegado la isla, partiendo del sur, en sentido antihorario. A la hora de tomar esta decisión hemos tenido en cuenta las 100 millas de la costa oeste donde los vientos predominantes son del NW y donde con un mistral moderado el mar se puede poner considerablemente incómodo. Nuestras previsiones se cumplieron y pudimos bajar toda la costa oeste con régimen de brisas del NW navegando con el viento por la aleta de estribor. El inconveniente de esta decisión (circunnavegarla en sentido antihorario) es la alta probabilidad de encontrarse vientos de proa en el Estrecho de Bonifacio. También ha sido así, pero como los fondeos y puertos previstos estaban muy próximos entre sí, las ceñidas no duraron más de un par de horas.

Cerdeña tiene la reputación de ser una isla ventosa tanto en el norte, el sur como la costa oeste. La costa este, a levante del macizo del Gennargentu, queda a sotavento del Mistral con amplias zonas en las que el viento queda sombreado.

Nosotros hemos tenido viento casi todo el verano. En general, vientos manejables o flojos. Solamente un día, a mediados de julio, en la parte norte, decidimos parar el barco por la previsión cumplida de vientos fuertes en el Estrecho de Bonifacio.

Meteorológicamente ha sido un verano anómalo. O eso dicen los locales. El Mistral duro no ha llegado a levantarse en todo el verano. Ha prevalecido un régimen de brisas más ligeras en el este, y más frescas en el norte, oeste y sur. Los quince días de tormentas generalizadas en Cerdeña entre el 6 y el 23 de agosto han sido probablemente consecuencia de esa ausencia. En este período, cada día, por la tarde, se generaban tormentas de dos, tres o cuatro horas de duración, que traían vientos racheados, lluvias abundantes y mucho aparato eléctrico. A partir del día 24 de agosto la situación volvió a normalizarse.

La isla es un destino de crucero extraordinario. Docenas de fondeaderos en el norte y en el sur. Siempre hay un puerto a menos de 30 millas de distancia. Y lo fundamental: es un milagro que en pleno Mediterráneo occidental se conserven tantas y tantas millas de costa virgen o semi-virgen: calas y playas maravillosas, acantilados espectaculares, reservas marinas, archipiélagos e islas adyacentes. La presión urbanística es mínima, con la excepción del algunas bahías del noreste y la Costa Smeralda, comparada con la costa española del Mediterráneo, y uno puede llegar a fondear en lugares maravillosos en pleno verano, ya no peleándose por encontrar un hueco donde echar el ancla, sino en la más perfecta soledad. Evidentemente no en el norte, algunas zonas muy conocidas del sur, o en la Costa Smeralda.

La única pega que se le podría poner al destino es la escasa riqueza patrimonial en el campo histórico-artístico. Hay lugares muy interesantes para ser visitados como Cagliari o Carloforte en el sur, Bosa Marina o Alghero en el Oeste, Castelsardo o Bonifacio (Córcega) en el norte, los recintos arqueológicos de la civilización nurágica que se encuentran por toda la isla, o las antiguas ciudades púnico-romanas de Nora y Tharros. Pero son escasos si se comparan con la Italia peninsular o Sicilia, y en cierto modo, limita la posibilidad de visitas en tierra.

Generalmente se tiene una percepción de Cerdeña como destino turístico muy caro. Con la excepción núevamente de la Costa Smeralda y alrededores no es así. El nivel de precios es parecido al de España, e incluso puede ser menor en el interior de la isla. En el mundo náutico la mayor parte de los amarres que hemos pagado son muy altos si se comparan con el nivel de precios de la costa atlántica, pero equiparables a los de la costa mediterránea española al norte de Cartagena. La media estaría en unos 80 euros/noche.

Los precios de los amarres en marinas, y características de los fondeos de los que se informa, se refieren siempre a nuestro barco, un velero de 13 metros de eslora, y 2,1 m de calado, vigentes en julio y agosto de 2018.

Hemos dividido estos apuntes en cuatro partes que corresponden aproximadamente con los cuatro lados de la isla:

Parte I. La Costa Sur – Entre Cagliari y Carloforte

Parte II. La Costa Este – Entre Cagliari y Olbia

Parte III. La Costa Norte – Entre Olbia y Porto Torres

Parte IV La Costa Oeste – Entre Porto Torres y Carloforte

linea separadora

Mapa Costa de Cerdeña
linea separadora

Parte I. La Costa Sur - Entre Cagliari y Carloforte

Entre Cabo Carbonara, cerrando por el sureste el golfo de Cagliari, y la isla de San Pietro, en el extremo suroeste de Cerdeña, se extienden tramos de costa salvaje, apenas urbanizada, con acantilados de granito rosa, playas fabulosas de fina arena y pequeñas calas escondidas, que juega a entrar y salir en el mar, lanzando hacia África cabos y bajíos de nombres temibles (Spartivento, el que parte el viento, Mangiabarche, “el come barcos”) - es oportuno recordar que la tierra firme más cercana desde aquí son las costas de Túnez-, y que se retrae en golfos y bahías poco conocidos como los de San Pietro, el de Palmas, el de Teulada o las pequeñas bahías que se forman en Malfatano.

El punto de llegada es casi obligatoriamente el aeropuerto de Cagliari, la capital de Cerdeña. La ciudad merece dedicarle al menos un día para pasear por el barrio del Castillo, callejear al atardecer por el paseo marítimo de Via Roma o las terrazas alrededor de la Piazza Jenne, y acabar cenando en alguna de los innumerables restaurantes y trattorias que se encuentran en el barrio antiguo entre la via Giuseppe Manno y la via Sardegna.

En Cagliari hay una nueva marina, Portus Karalis (el antiguo nombre de Cagliari) que está en el mismo centro de la ciudad (via Roma), por tanto, muy cómoda. Este plus de comodidad se ve reflejado en los precios (unos 85 euros/noche) pero no en la calidad de los baños y servicios. Las otras marina, la más conocida es Marina del Sole, están en la parte este del puerto, un poco más a desmano, en una zona un tanto desangelada. En agosto nos pedían unos 70 euros/noche.

A unas 22 millas de Cagliari, al sureste de Cabo Carbonara se extiende el arenal de Porto Giunco. Amplio y hermoso fondeadero, con fondo de arena buen tenedor, y otras calas algo más abiertas como Punta Molentis. La llanura sarda que se extiende de noroeste a sureste encuentra su salida al mar en el Golfo de Cagliari. En condiciones de mistral el viento se acelera al reencontrarse con el mar y la zona de cabo Carbonara es especialmente ventosa. Hemos salido de Cagliari con una brisa de unos 15 nudos que al llegar al cabo se había convertido en un ventarrón sostenido de más de 30 nudos con rachas por encima de los 40. Atención.

Al norte del cabo se encuentra la marina de Villasimius. La utilizamos en el año 2009 pero no este verano. Cara y no aporta demasiado ya que alrededor solo hay urbanizaciones turísticas. Entre Villasimius y Cagliari hay otra marina, Marina Capitana, de la cual no tenemos referencias de primera mano.

El lado opuesto del golfo por el oeste lo señala el cabo Pula, donde se encuentra el recinto arqueológico de la antigua ciudad púnico-romana de Nora. Es otro fondeadero utilizado con frecuencia. Cuando sopla el mistral queda un poco a sotavento y el viento tiende a bifurcarse a ambos lados del cabo dejando esta zona ligeramente sombreada. Se fondea en la bahía que se abre al norte del cabo, y en esta, en la parte sur, frente a la playa, es de arena y buen tenedero. Desde la playa, donde se puede desembarcar con la auxiliar sin mayor complicación, el acceso al recinto arqueológico se encuentra a unos doscientos metros. Muy recomendable realizar una visita guiada.

Navegando desde Nora hacia el oeste comienzan las grandes playas del sur. La primera, inmediatamente después del cabo, Cala Verde, con bastante alojamiento turístico y no demasiado atractiva para el fondeo. Unas 10 millas más hacia el oeste, primero Chia y después Su Giudeu. Hemos hecho un par de fondeos diurnos en Su Giudeu (buen fondo de arena).

Se trata de dos de las playas más famosas de Cerdeña, por tanto siempre muy llenas de gente. Una larga lengua de arena separa la marisma del mar. En la marisma es habitual observar los flamencos rosas (fenicotteri rossi en italiano) que son otro de los símbolos de la isla. A finales de agosto los hemos visto sobrevolar Cagliari dirigiéndose hacia el sur. Visión espectacular son estas alineaciones aéreas. La extraña figura de los flamencos, sus largos cuellos y patas, como una aceituna ensartada en un pincho, nada aerodinámicos diría, estirados en fila contra el cielo.

Después de Su Giudeu hay una pequeña cala estrechita y normalmente atiborrada que se llama Cala Cipolla. Nosotros la hemos ignorado. A continuación el Cabo Spartivento. Los nombres de los cabos pocas veces son casuales y Spartivento hace honor a su nombre. Allí, literalmente, se parte el viento. En las habituales circunstancias de flujo del noroeste una parte del chorro atraviesa la llanura sarda desembocando en el golfo de Cagliari. Allí se abre y va girando con la costa, hacia el suroeste en la parte oeste y hacia el sureste en la zona de Cabo Carbonara. Al llegar a Spartivento este flujo se encuentra de con el otro chorro que ha bajado por la costa occidental virando a su vez al llegar a la isla de San Pietro hacia el sureste, es decir, siguiendo más o menos la línea simplificada de la costa. De esta forma, a un lado del cabo puede estar soplando una brisa del noroeste y al otro lado haber una calma absoluta, o viceversa, en función de cual de los dos chorros venga más fresco. Es esta una circunstancia que hemos experimentado un par de ocasiones este verano. También hemos observado viento del WNW al oeste del cabo, una zona de sombra alrededor del cabo, y viento del ENE al este del cabo.

Entre los cabos Spartivento y Malfatano se abre una hermosa bahía que lleva el nombre de este último cabo y que es otro de los lugares emblemáticos de la costa sur, especialmente la playa de Tuerredda, enfrente del islote que le da el nombre. Se puede fondear a ambos lados del islote, nosotros hemos preferido echar el ancla siempre al NE del mismo en unos 5 metros sobre arena. También se fondea en la embocadura de la bahía que está al NW, pero aquí el fondo es bastante irregular y hay bastantes piedras. Por último, la cala que está al E, Perda Longa, es muy recomendable cuando hay flujo de esta dirección. En la playa, siempre saturada de gente, hay un par de restaurantes. En uno de ellos, el Beach Club Tuerredda, ofrecen el servicio de pick-up a las tripulaciones que vayan a cenar allí. También pasan espontáneos ofreciendo traer al barco el desayuno, o lo que se tercie. Nosotros no hemos usado ni uno ni otro servicio.

Una vez doblado el cabo Malfatano se abre el Golfo de Teulada. En el centro hay una marina. Una marina en el medio de la nada o de la casi nada. Un camping 1 Km. al oeste con una mini tienda bastante precaria, y un par de restaurantes a unos 4 kilómetros caminando. Pasa un bus con no demasiada frecuencia que va al pueblo de Teulada, a unos 6 kilómetros hacia el interior que es bastante prescindible a no ser que se necesite hacer compra. T ambién es posible llamar un taxi desde la marina o incluso alquilar un Dacia que el concesionario local de Renault tiene permanentemente en la marina. En la oficina de la marina se encargan de formalizar el contrato de alquiler (unos 50 euros/día si no me falla la memoria). Puede ser una opción, si como nos ocurrió a nosotros en julio, el día era poco propicio para navegar y se prefiere hacer un día de tierra.

La Marina es cara, 100 euros la primera quincena de agosto, y 85 el resto del verano. Lo único que ofrece es su posición estratégica en el medio de la costa sur, siendo la única opción de amarrar a tierra entre Cagliari y Calasetta. Aparte de esta circunstancia es un lugar perfectamente prescindible. También se puede fondear al NE de la marina, prácticamente enfrente del espigón y a los pies de la torre de Budelo sobre unos 6 metros en arena y piedra. La protección del mistral en este lugar es muy buena. Un par de millas al E de la marina hay una cala, Cala Piscinni. El lugar para fondear aquí es frente a la cala del sureste. Hay un buen parche de arena, fácilmente distinguible por el color, donde echar el ancla. Atención porque alrededor es todo piedra muy irregular y desde la superficie puede parecer arena con posidonea. No lo es. Con el mistral el lugar está probablemente demasiado expuesto. Al W de la marina hay otra cala, justo donde se encuentra el camping, donde hemos visto barcos fondeados. Nosotros no la hemos utilizado.

Inmediatamente después empieza la zona militar de la OTAN que se extiende alrededor de cabo Teulada llegando hasta las dunas de Porto Pino. En esta zona está prohibido fondear pero en verano se tolera a veces. Al este del cabo hay dos lugares: el más amplio es el llamado Porto Zafferano, con buen fondo de arena pero muy, muy ventoso. Un poco más al este se puede fondear también en una cala más estrecha que se llama Porto Scudo. En este segundo lugar es frecuente ver fondeados los barcos de turistas que salen de la Marina de Teulada. Las tres veces que hemos pasado por aquí este verano en Porto Scudo había barcos fondeados. En Porto Zafferano intentamos fondear en julio y un militar de la NATO contactó con nosotros por VHF cuando estábamos a punto de echar el ancla en el medio de la bahía para invitarnos a que nos fuéramos a otra parte porque estaban de maniobras. Al pasar por allí de nuevo en agosto se podía fondear, había un buen montón de barcos, pero hacía tanto viento que se nos quitaron las ganas. Quince días después volvía a estar prohibido echar el ancla. Conclusión: llegar y probar.

Al W del cabo hay otra playa, Cala Piombo, que podría servir de refugio con flujo del este o del sureste, pero nunca hemos visto a nadie fondeado allí. Toda la zona, tremendamente agreste, es utilizada por la NATO para probar armamento. Se supone que está muy contaminada y los grupos ecologistas sardos exigen, además de su devolución a la sociedad civil, una limpieza a fondo de toda la zona. Ambos objetivos de difícil consecución.

Entre cabo Teulada y cabo Sperone se abre el Golfo de Palmas. Atención a los bajos enfrente de Punta di Cala Piombo. Son los típicos bajos que se encuentran a la distancia de la costa por la que pasarías en condiciones normales. Es fácil despistarse y hay menos de 1 metro de agua sobre las rocas.

En la parte W del golfo se encuentra Porto Pino. Una espectacular e inmensa playa de arena con dunas en el extremo SE que ofrece un fondeadero amplísimo con buen resguardo del Mistral. Se echa el ancla por fuera del campo de boyas que delimita la zona reservada a los bañistas a partir de 3,5 metros de fondo. Hay un pequeño canal que utilizan las embarcaciones locales para amarrar. Se puede acceder por él con el chinchorro para desembarcar. Hay una pequeña rampa de varada unos 100 metros después de la bocana en la parte N, y si no, como alternativa para amarrar la neumática hay que buscar algún hueco entre los amarres permanentes. Debajo del primer puente hay una escalera en donde también sería posible amarrar el dinghy. Muy cerca de este puente, siempre en la parte N y a escasos metros, hay un par de restaurantes. Porto Pino es una playa popular y durante el día, en la zona más al NW, donde están los bares con música a todo volumen, suele estar saturada. La parte SE, más alejada, está mucho más vacía y por tanto también más tranquila. Con flujo del E o SE Porto Pino puede ser un lugar incómodo. Como alternativa, al W de Punta Menga, hay otro pequeño fondeadero, Porto Pinetta, un poco más protegido del viento del segundo cuadrante aunque probablemente entre algo de mar de fondo.

En la parte W del Golfo de Palmas, en la parte SE de Sant'Antiocho se puede fondear en la cala de Torre Cannai, con buena protección del Mistral pero bastante expuesta al mar de fondo. A nosotros nos ha gustado mucho más la playa de Coacuaddus, un fondeadero muy amplio con arena al ENE de Torre Cannai, bien protegido del Mistral y donde entra menos el mar de fondo. En la playa hay un pequeño bar que abre durante el día.

La zona W de Sant'Antiocho no ofrece ningún fondeadero seguro. Es una costa abierta al mar, rocosa y con acantilados. Hay una pequeña cala, Cala Sapone, en donde es posible fondear en condiciones de calma, y un poquito más al N otra mucho más estrecha todavía que se llama Cala Lunga. Nosotros no hemos utilizado ninguna de las dos. Atención a los bajos que se encuentran alrededor del farito de Mangiabarche. El nombre, “comebarcos”, es del todo explícito.

A partir de este punto se abre el Canal di San Pietro. Regresamos a la civilización para lo bueno y para lo malo.

Los puntos claves del Canal de San Pietro son el puerto de Calasetta en la isla de Sant'Antiocho, Porto Vesme y Portoscuso en Cerdeña, y Carloforte en la isla de San Pietro. Forman un triángulo a través del cual se establecen las comunicaciones entre las tres islas: la grande de Cerdeña y las adyacentes de Sant'Antiocho y San Pietro, y además los tres puntos cuentan con puertos deportivos. Vayamos por partes:

Calasetta tiene una marina de tamaño medio y ofrece una escala muy agradable para pasar la noche. Es un pueblo pequeño con un ambiente muy de veraneo familiar a pequeña escala, con una placita y un par de calles comerciales con unos cuantos bares y restaurantes. A nosotros nos ha gustado mucho. Es importante observar que es el mejor lugar para hacer gasoil en todo el sur de Cerdeña (con la excepción de la marina de Villasimius). En la bocana del puerto hay 3,5 metros de calado y en el muelle de la gasolinera más de 4. Es importante recordar que en ningún otro lugar entre Cagliari y San Pietro es posible hacer gasoil con comodidad sin tener que recurrir al engorroso transporte en garrafas. En Carloforte el canal que daba acceso a la gasolinera con 2,2 m de calado ha quedado intransitable con sondas de menos de 1 metro. El precio por noche en agosto es de unos 80 euros, y el resto del verano baja a cerca de los 60.

Porto Vesme es el gran puerto industrial del canal de San Pietro. Fácilmente distinguible en la distancia por el complejo metalúrgico (hoy en día sin actividad) y la central termica. Es el lugar desde donde salen los ferrys para Carloforte, pero sin facilidades para las embarcaciones de recreo. Prácticamente a continuación hacia el W está Portoscuso. Tiene una pequeña marina para embarcaciones menores con sitio para una media docena de barcos entorno a los 40 pies. Recalamos en este puerto en el 2009 pero este verano de 2018 no hemos entrado. El pueblecito no tiene nada especial y difícilmente puede competir en atractivo con Calasetta o Carloforte.

Carloforte es la joya de esta zona. Podeís leer en este enlace AQUÍ algo de lo que escribimos después de nuestras visitas de 2009 y 2011. Todo lo que allí está escrito es plenamente válido en 2018. Actualmente en Carloforte hay dos marinas: Marina Sifredi y Marinatour. Ambas con una capacidad más o menos similar para unos 200 barcos de todas las esloras. Nosotros siempre hemos optado por Marina Sifredi porque los gerentes, Carmela y Giuseppe son muy buena gente y se han portado realmente bien con nosotros. No obstante, Marinatour también puede ser una buena opción. El nivel de servicios en tierra y mar es similar y de lo mejor que hemos visto en toda Cerdeña. Los precios, también más o menos similares, alrededor de 80 euros/noche.

Tanto San Pietro como Sant'Antiocho ofrecen buenos fondeaderos. Con N ó NW los mejores son Cala Guidi y Cala Bobba en el sur de San Pietro. Con E ó SE, la Caletta en el W de San Pietro. Con W, se puede fondear entre el sur de Carloforte y el norte de Punta Nera (atención a los cables submarinos y a las zona de bajos). Por último con vientos del sur los mejores fondeos están al norte de Sant'Antiocho, en Sottotorre, cala Salina (la que más hemos utilizado nosotros) o Spiaggia Grande, todas ellas al W de Calasetta.

Para terminar, aunque ambos lugares se inscriben más pertinentemente en la costa W de Cerdeña, por razones de proximidad menciono otros dos lugares interesantes y accesibles desde el Canal de San Pietro: Porto Masua (Porto Flavia) y Portixeddu.

Porto Masua, 12 millas al N de Carloforte, es el complejo minero desde el cual se exportaba zinc y plomo. Hoy, al igual que la mayor parte de la minería de la región del Sulcis-Iglesiente está desmantelado. Allí se construyó a principios del siglo XX un ingenio que permitía descargar el mineral directamente a los grandes barcos de transporte evitando la intermediación de los humildes “battelliere” carlofortinos, lo que por otra parte supuso el abrupto final de este gremio que alimentaba a cientos de familias de Carloforte. Fue bautizado como Porto Flavia en honor a la hija del ingeniero responsable de la obra.

En Porto Masua es posible fondear obteniendo un buen resguardo del Mistral siempre que este no sople demasiado furioso. Se fondea enfrente de la playa en unos 5-6 m sobre arena, prácticamente en la enfilación que une la playa con el farallón del Pan di Zucchero. El farallón se puede circunnavegar. Es recomendable hacerlo, prestando atención a la sonda, porque se ha de pasar muy cerca por la parte N, y es verdaderamente espectacular. En situaciones de calma absoluta también es posible fondear en la cara SE del farallón, pero en profundidades por encima de los 15 m en las que mi religión no me deja echar el ancla. Hemos visto en un par de ocasiones barcos fondeados allí.

Unas 8 millas al norte del Pan de Zucchero se abre la playa del pueblecito de Portixeddu. Bien pegados al norte, a los pies del pueblo, es posible tener un buen resguardo del NW siempre y cuando no haya demasiado mar de fondo. El pueblo, una docena de casas, tiene un par de bares y restaurantes al lado de la playa. Es una playa agreste, con mucha vegetación y poco concurrida, que nos ha gustado mucho. Aquí hicimos un par de fondeos sobre arena en unos 4 m, uno de ellos nocturno. Al sur de la playa está el pueblo-puerto de Bugerru, bastante feucho visto desde el mar. El puertecillo solo es válido para embarcaciones menores. Y un poco más al sur, 3 millas al norte del Pan di Zucchero, cala Domestica, estrecha y completamente abierta al NW. En situaciones de calma hemos visto también allí varios veleros fondeados en la parte más exterior de la cala. Nosotros no la hemos utilizado.

En resumen, el sur de Cerdeña es, en nuestra opinión, una de mejores zonas de crucero de la isla. A los atractivos de Carloforte, Calasetta, Cagliari o Nora se une una naturaleza extraordinaria, con millas de costa virgen, inmensas playas de arena, fondeos protegidos para casi cualquier circunstancia y sobre todo, la ausencia de saturación en el mar. A veces a uno le parece imposible estar en el Mediterráneo occidental en pleno verano, y poder echar el ancla con c omodidad, sin abarrotes de barcos, a veces incluso en soledad. Tampoco hemos tenido ningún problema para amarrar en las marinas de la zona: siempre ha habido sitio y ni siquiera nos hemos tomado la molestia de reservar con antelación.

Aunque es una zona tradicionalmente ventosa en este verano de 2018 no se ha llegado a entablar un Mistral verdaderamente duro. Y vientos fuertes del sur, que son los que pueden complicar la navegación en esta área son infrecuentes en verano.


Parte II. La Costa Este - Entre Cagliari y Olbia

La costa Este de Cerdeña, entre Cabo Carbonara y Olbia es un tramo bastante desconocido que sin embargo ofrece grandes atractivos para unas vacaciones en velero.

Toda esta costa suele quedar a sotavento, con bastante menos viento y mar que la costa oeste, por lo que suele ser la preferida para ir del norte al sur de la isla o viceversa (especialmente). Este efecto de sotavento, con mistral, es especialmente notorio en la llamada Costa de Baunei, donde el gran macizo del Gennargentu llega hasta el mar, cayendo a pique desde alturas considerables, y dejando cerca de la costa una zona sombreada con poco viento. No obstante, también se ha de tener en cuenta que no habiendo accidentes naturales en una costa casi rectilínea, el poco mar que pueda haber, o haber habido en el Tirreno, alcanza franco la costa generando una ola que puede ser incómoda para los fondeos expuestos.

A grandes rasgos, podemos identificar tres tramos diferenciados de sur a norte: entre Cabo Carbonara y el golfo de Tortolí, la costa de Baunei, y la costa al sur de Olbia. Vamos allá.



De Cagliari a Olbia



Como el punto de partida normalmente será Cagliari, recordamos lo descrito ya en el apartado anterior de la “Costa Sur”:

“A unas 22 millas de Cagliari, al sureste de Cabo Carbonara se extiende el arenal de Porto Giunco. Amplio y hermoso fondeadero, con fondo de arena buen tenedor, y otras calas algo más abiertas como Punta Molentis. La llanura sarda que se extiende de noroeste a sureste encuentra su salida al mar en el Golfo de Cagliari. En condiciones de mistral el viento se acelera al reencontrarse con el mar y la zona de cabo Carbonara es especialmente ventosa. Hemos salido de Cagliari con una brisa de unos 15 nudos que al llegar al cabo se había convertido en un ventarrón sostenido de más de 30 nudos con rachas por encima de los 40. Atención.

Al norte del cabo se encuentra la marina de Villasimius. La utilizamos en el año 2009 pero no este verano. Cara y no aporta demasiado ya que alrededor solo hay urbanizaciones turísticas. Entre Villasimius y Cagliari hay otra marina, Marina Capitana, de la cual no tenemos referencias de primera mano.


Un fondeo en Porto Giunco es áltamente recomendable, y excepto con viento o mar del segundo cuadrante, es un lugar seguro y muy atractivo para pasar la noche. Más pequeñitos y no tan cómodos son Punta Molentis, inmediatamente al NE de Porto Giunco, y Cala Pira, otras 2,5 millas al N de Punta Molentis. Aunque completamente abiertas, en condiciones de calma, también es posible echar el ancla para un fondeo diurno en las playas que están al norte de Cala Pira: Cala Sinzias y Costa Rei. Más recomendables por agrestes y hermosas son las calas que están inmediatamente al norte de Capo Ferrato aunque en ambas hay que tener cuidado donde se tira el ancla porque hay piedras entre la arena.

El primer puerto deportivo de esta zona es Porto Corallo. Otra de esas marinas que uno se encuentra en Cerdeña en medio de la nada o de la casi nada. La marina es perfectamente prescindible y su único punto a favor es su situación a medio camino entre Cabo Carbonara y el Golfo de Tortoli (unas 50 millas). La marina sale por unos 80 euros en julio, con unos pésimos baños tipo contenedor metálico, y un bar-restaurante justo a la salida. Nosotros optamos por caminar un poco hacia el norte, unos 15 minutos, y cenar en una pizzeria bastante recomendable de nombre “Villa Tamerici”. En esta zona empezaron a hacer su presencia los mosquitos, excesivamente abundantes en algunos tramos de la costa.

De Porto Corallo hacia el norte apenas hay tráfico de veleros o embarcaciones de recreo y sin embargo, en condiciones de calma, las playas y calas que se van intercalando en la costa son lugares preciosos, aislados, agrestes, sin apenas gente, en donde pasar el día, o incluso la noche si la situación es calmada. Inmediatamente al norte de Porto Corallo la primera gran playa es Murtas, con un posible fondeo en el extremo N. Desde este punto, las siguientes 8 millas de costa son abruptas hasta que se alcanza la playita de Foxi Murdegu, y 2,5 millas más al norte la playa de Foxi Manna. Aquí hicimos un estupendo fondeo diurno para baño y almuerzo, al sur de las boyas permanentes. Fondo claro de arena, buen tenedor, y aguas, como siempre en Cerdeña, maravillosas. La costa hasta Árbatax, sigue intercalando zonas abruptas con estupendas playas muy abiertas. Todas ellas, no obstante, pueden suponer un agradable parón para baño y almuerzo en condiciones de calma. Al sur de Árbatax, antes de doblar capo Bellavista, se encuentra la bahía de Porto Frailis, buen fondeo bien protegido excepto del sur, aunque aquí ya se nota la proximidad a Árbatax y Santa Maria Navarrese y cuando pasamos en julio había bastantes barcos fondeados.

Una vez doblado capo Bellavista se abre el golfo de Tortoli. De repente uno siente que vuelve a la civilización después de 50 millas de pura naturaleza y casi total soledad. Los barcos locales fondean al este y norte del islote de Ogliastra que se encuentra en el medio de la bahía. Además, hay dos puertos deportivos, el de Árbatax al sur, y el de Santa Maria Navarrese al norte. Nosotros optamos por el segundo; el pueblo es más pequeño y atractivo que el más industrial y movido puerto de Árbatax (desde aquí es posible ir en ferry a Roma – Civitavecchia). El puerto de Santa María Navarrese estaba bastante concurrido pero sin llegar a estar lleno. El precio, sobre 80 euros, con los mejores baños que nos hemos encontrado en toda Cerdeña. El pueblo, bastante empinado, tiene algunos mini-supermercados y una abundante oferta gastronómica. A nuestro juicio, es una parada bastante recomendable.





La Costa de Baunei.

Entre Santa Maria Navarrese y Cala Gonone se abre uno de los tramos de costa más espectaculares de Cerdeña. Es la costa de Baunei, donde el Gennargentu se precipita sobre el Tirreno. Montaña caliza en una isla predominantemente granítica y por tanto formaciones rocosas increíbles producto de la erosión del agua y del viento sobre estas piedras calcáreas. Algunas de las fotos más repetidas y llamativas del mar de Cerdeña son tomadas en las pequeñas calas que forman los cañones y ramblas que descienden abruptamente hacia el mar.

Pero en este mundo de la globalización y acceso masivo a la información todos queremos estar y visitar estos lugares únicos, y hacerlo, además, todos al mismo tiempo. El resultado es que la costa está saturada de todo tipo de embarcaciones de recreo y de transporte de day-trippers que con sus motores, operados a la italiana, entiéndase a toda leche, forman un oleaje permanente e incómodo, especialmente en los fondeos. Aún así, es imprescindible visitarla.

Cerdeña sin la costa de Baunei queda incompleta. La masificación es el precio que tenemos que pagar. Hagámoslo pues con buena cara.

Todo este tramo de costa forma parte del Parque Nacional del Gennargentu y si uno observa las cartas náuticas observará que está prohibido navegar a menos de 2 kilómetros de la costa. Esto no es así, los barcos pasan, en función de su calado, rozando las rocas (el fondo incluso muy cerca suele ser profundo), y rigen las mismas normas que en cualquier otro tramo de costa sin protección.

Toda la costa de Baunei está horadada por túneles y galerías subterráneas que ha ido creando la erosión. Se habla de decenas y decenas de kilómetros de galerías. Dos de estas grutas son visitables: la Gruta del Fico y la más conocida Gruta del Bue Marino (foca en italiano). Yendo en velero es posible visitar la primera; a la entrada de la gruta hay una boya a la que es posible amarrarse, y desde allí los barqueros con sus gomones nos acercan a la entrada de la gruta. La realidad es que la boya está tan cerca de las piedras, y es tal el guirigay que se monta con el tránsito de embarcaciones que el patrón fue incapaz de abandonar allí el barco, en aquella boya carrusel pegada a las piedras, para internarse en la gruta. En cambio, el resto de la tripulación sí que pudo realizar la visita con comodidad. En la entrada a la gruta del Bue Marino no vimos ninguna boya a la que poder amarrar.

Otra alternativa para visitar esta segunda gruta con más facilidad es hacerlo en uno de los innumerables barcos de turistas que salen de Cala Gonone. El puerto de Cala Gonone está saturado con las barcas y barcos de turistas y es tarea imposible conseguir un amarre dentro para pasar la noche.

Pero por encima de las grutas, como decía al principio, la panorámica de la costa es imprescindible. En cada punto, o detrás de cada acantilado aparece una pequeña cala, a cada cual más espectacular: Portu Cuau, Cala Goloritze, Cala Gabbiani, Cala Mariolu, Cala Mudaloru, Cala Sisine o Cala Luna. Al caer la tarde el tráfico de gomones y barcos desparece y toda la costa recupera su estado primigenio de paz y tranquilidad. Sin mar y sin viento es posible fondear en estas dos últimas para pasar la noche. Nosotros lo hicimos un poco más al norte, enfrente de la playa al sur de Cala Gonone. Pero, como os imagináis, a partir de la 8 de la mañana el circo reabre sus puertas y lo más sensato es marcharse de allí.





La costa al sur de Olbia



Cala Gonone se encuentra más o menos en el centro del golfo de Orosei. La mitad sur está formada principalmente por la costa de Baunei, descrita en los párrafos anteriores. En la parte norte la costa va perdiendo altura de forma bastante abrupta y dando lugar a la inmensa playa de Orosei de casi 4 millas de longitud. Justo al sur de la playa de Orosei hay una pequeña cala abierta, pero protegida del NW en donde hemos observado veleros que habían fondeado para pasar la noche. Este lugar, puestos a elegir, es mucho más bonito que la playa al sur de Cala Gonone.

Al norte de Orosei la costa vuelve a recuperar altura hasta Capo Comino, y a partir de aquí ya todo nos anticipa las características que más al norte encontraremos en la Costa Smeralda. En esta zona hicimos un fondeo diurno muy agradable en Cala Liberotto, justo al sur de Capo Comino, con las características habituales de estupendo fondo de arena. También observamos al doblar el cabo bastantes barcos fondeados en el entorno del Islote Rossa (nombre que se repite con frecuencia en las costas de Cerdeña por el característico color rosa oscuro del granito).

El último puerto deportivo que utilizamos antes de llegar a Olbia fue el de La Caletta en donde entramos a mediodía con unas considerables rachas de popa. El puerto es discreto, los baños de la cutrez habitual, y el precio acorde a la proximidad a la costa Smeralda. Aquí llegamos ya a los 100 euros/noche. El pueblo es bastante turístico y se extiende alrededor de una calle comercial, como podríamos encontrar en cualquier otro pueblo turístico impersonal, con todos los locales habituales de hostelería y souvenirs, además de un buen supermercado.

Al norte de la Caletta grandes playas muy abiertas, como San Teodoro, hasta que llegamos al entorno de Punta Coda Cavallo, y dos puertos deportivos ya con el marchamo y nivel de precios propio de la costa Smeralda, Porto Ottiolu y el famoso y exclusivo Punta Aldia rodeado por un gran campo de golf. Nosotros optamos por la opción fondeo al sur de Coda Cavallo en la hermosa cala más al NW en Porto Brandinchi. Se puede fondear en cualquiera de las otras tres calas que forman esta bahía, e incluso delante del islote Ruia que la delimita por el E. Toda la zona ya con mucho tráfico diurno pero muy tranquila a partir del atardecer. En la playa, el típico chiringuito con baños, útil para tomarse un buen café a primera hora de la mañana.

Al norte de Coda Cavallo hay otras tres playas abiertas al N que ofrecen un buen resguardo del sur. También vimos bastantes barcos fondeados en el extremo W de la isla de Molara sobre un banco de arena perfectamente identificable.

Y estamos ya en pleno circo de la Costa Smeralda: en el a ver quien lo tiene más grande, y la realidad es que casi todos los tienen muy grandes. Muchos años en el mar y en pocos lugares (la Costa Azul o El Pireo quizás) he visto tal concentración de mega-yates. Y aquí el prefijo “mega” cargado con todo su significado. Dicen que los muy, muy millonarios tienen que pasar sí o sí durante el verano por la Costa Smeralda para ver y dejarse ver. No creo que estuvieran todos pero ciertamente había muchos.

Nosotros, después de Coda Cavallo, como había un pequeño flujo de sur decidimos echar el ancla para la siguiente noche en Cala Girgolu, al SE de Porto Taverna, y mucho más tranquila que ésta. Como de costumbre, fondos de arena noble en la que el ancla se clava honestamente, y aguas tan transparentes que desde la superficie ves con toda claridad por donde corre la cadena y trabaja el ancla.

Desde Cala Girgolu navegamos a la Isola Tavolara. Qué barbaridad de isla con ese ingente bloque calcáreo elevándose a pique sobre el mar y dejando a su paso una estela convertida en preciosa playa. Aquí la sonda cae rápidamente y los lugares más próximos a la playa están ocupados por las boyas de pago que gestionan en la isla: 10 euros/hora diurna y 50 euros por pasar la noche. Otra barbaridad. Bueno y otros 5 euros por amarrar el dinghy en el muelle de madera, pagados a un tipo que todavía no sabemos muy bien quien era, pero que, vestido con un escaso bañador y el resto de la piel cubierta con tatuajes varios, invitaba a no entrar en discusiones peregrinas. Pagas 5 euros y bajas tranquilo a la isla. Ale.

El ambiente recuerda en cierto modo a Cíes: un lugar donde viven unas pocas familias y adonde llegan cada día en temporada miles de personas para tapar la inmensa playa con sus toallas. Aquí, al menos, no hay un camping permanente y al anochecer la isla queda prácticamente desierta. A pie de playa, los restaurantes del Rey de Tavolara (investigad un poco en Internet para descubrir esta simpática historia real).

Otro fondeadero interesante, 2,7 millas al W de Tavolara, es Porto Istana, amplio y solo abierto al E.

Y desde aquí navegamos al puerto de Olbia. Buen puerto natural, con una bocana estrecha pero con mucho calado, es, junto a Cagliari, el principal puerto comercial de la isla, y por su situación, casi 100 millas más próximo a Civitavecchia que Cagliari, tiene un importante tráfico de ferrys de conexión con la península.

Dos cosas llaman la atención a la entrada. Los campos de boyas, miles de boyas a ambos lados de la bahía (todavía no tengo la certeza pero creo que son los cultivos de mejillón, algo así como nuestras bateas gallegas, pero sin bateas) y en la parte norte los varaderos y astilleros para reparación y mantenimiento de los grandes barcos de recreo.

En la parte S del interior de la bahía está, a distancia caminable del aeropuerto, la Marina de Olbia. Aquí batimos récord de precio: por teléfono nos informaron que eran 175 euros/noche. Una vez en la oficina, registrando nuestra llegada, la tarifa cayó a 140 euros/noche, oficialmente. Digo oficialmente porque esta es la cantidad que nos hicieron firmar, aunque finalmente nos aplicaron no sé bien qué descuento y acabamos pagando 115 euros/noche. ¿Cómo se explica que te hagan firmar una tarifa de 140 y después solo te cobren 115? Que cada cual saque sus propias conclusiones.

Ciertamente, la proximidad al aeropuerto hace de esta marina un lugar estratégico para el cambio de tripulaciones. Así, hay una importante flota de veleros de chárter, especialmente catamaranes, y en fin de semana puede ser difícil conseguir un amarre. El domingo por la tarde la mayoría ya ha zarpado y, al menos en julio, ya no hay problema de espacio. Hay un gran centro comercial a 5 minutos andando desde la marina, justo delante del aeropuerto, con un gran supermercado en el que aprovisionarse de forma seria para varios días de navegación (se pueden bajar los carritos de la compra, es todo cuesta abajo, desde el súper hasta la marina. La ciudad, en cambio, está alejada y es necesario recurrir al taxi o bien a los autobuses que salen desde el centro comercial.


Parte III. La Costa Norte - Entre Olbia y Porto Torres

Si le preguntas a alguien qué conoce de Cerdeña, probablemente la respuesta será la Costa Smeralda. Berlusconi, Briatore, el Agha Khan y otros con carteras de tamaño similar se han encargado de prestigiar este tramo de costa entre las élites económicas de todo el mundo.

La costa es ciertamente muy bella, pero tiene algunos peros... alguno de ellos de notable consideración. Además de que el acceso a grandes tramos de la costa está bloqueado desde el interior con vallas y vigilantes de seguridad que impiden el paso a los no propietarios o residentes (esto a nosotros no nos afecta demasiado en lo práctico aunque sí en lo moral), la presencia exagerada de mega-mega-yates obscenamente ostentosos, los enjambres de “gomones” que acechan y atacan desde todos los ángulos, los fondeaderos atiborrados de barcos como si de Baleares en verano se tratase, y el discriminatorio nivel de precios en algunas de sus marinas, restan claramente atractivo a esta zona.

Sin estos peros sería verdaderamente paradisíaca, pero con todo lo que tiene que ofrecer Cerdeña en cualquier otra parte en la que estas objeciones se diluyen o simplemente desaparecen, la Costa Smeralda no es el tramo de la isla al que decidiría volver en verano.

A pesar de estas observaciones, nosotros lo hemos disfrutado inmensamente y si tuviéramos que volver a Cerdeña por primera vez (menuda incongruencia) probablemente volveríamos aquí para terminar escribiendo lo que aquí se dice.





Desde Olbia hasta la Maddalena.



A la salida de Olbia se abre hacia el N el Golfo degli Aranci. Hay varias calas y playas en la parte occidental del golfo que dan resguardo del Mistral. Muchas opciones para fondear. Zona con bastantes urbanizaciones y el puerto de Golfo Aranci con tráfico de ferrys y mercancías en la zona oriental. Nosotros hemos navegado directamente hacia Capo Figari y una vez doblado el cabo hemos entrado en el Golfo di Cugnana. Al sur del golfo se descuelga el golfo de Marinella con buenos fondeaderos para vientos del sur.

Dos conocidos y caros puertos deportivos, Porto Rotondo y Portisco se encuentran en la parte sur del golfo. Los hemos ignorado y hemos fondeado en las calas del oeste del golfo. Un fondeo diurno en cala Razza di Giunco, en donde hay que buscar bien los parches de arena entre la roca, y para dormir nos hemos trasladado a la cala di Petra Ruja, inmediatamente al norte. La zona de fondeo es mucho más pequeña, pero al caer la tarde, como suele ocurrir en toda Cerdeña, las motoras regresan a puerto y los fondeaderos se vacían. Hemos quedado tres barcos cómodamente fondeados sobre unos 4 metros de agua en buena arena.

Justo al norte de Petra Ruja está Cala di Volpe, otro de los fondeaderos preferidos por los mega-mega-yates que hemos visto al zarpar por la mañana. Al norte de Cala di Volpe, doblando Punta Capaccia, se entra en Golfo Pevero y a continuación en Porto Cervo. Con el nivel de mega-yates, tráfico y precios de la zona (amarres alrededor de los 250 euros/noche) hemos pasado de largo. Me temo que no puedo dar ninguna información de primera mano.

Una vez superado Capo Ferro se entra en la zona de influencia de las Bocas de Bonifacio. Este estrecho entre Córcega y Cerdeña es una de las zonas más ventosas del Merditerráneo. Los chorros de aire fresco que impulsa la cuña del anticiclón de las Azores se cuela, acelera e intensifica al pasar por los túneles que se forman entre los Pirineos y el Macizo Central francés, y a través del valle del Ródano, entre este mismo macizo y los Alpes Marítimos. Esa es la fuente de alimentación del Mistral (NW), el más severo de los vientos de esta zona que barre el Mediterráneo desde el golfo de León. Al encontrarse las barreras orográficas de Córcega y Cerdeña se cuela por el resquicio que queda entre ellas, es decir, las famosas Bocas de Bonifacio, y como bien sabemos esos fluidos (el viento se comporta como tal) se aceleran aún más a la salida del túnel, en este caso en la parte oriental del estrecho. Los vientos duros en la zona no son constantes pero tampoco raros en verano.

A nosotros nos cogió uno de esos días y decidimos parar el barco y hacer un día de tierra. Sin reserva previa resultó complicado conseguir amarre. Varios puertos nos dieron completo aunque finalmente conseguimos amarre en los pantalanes que gestiona la cooperativa de Sardamar en Cannigione al precio habitual de 85 euros/noche, y con los pésimos baños también habituales. En el fondo de la bahía también hay campos de boyas disponibles para embarcaciones en tránsito. Cannigione es otro típico pueblo de veraneo sardo adicionalmente ambientado por las tripulaciones de los barcos de recreo. Hay una buena tienda de efectos navales (Marine Sport) con personal muy amable donde pudimos hacernos con algunos repuestos para el barco. Antes de Cannigione fondeamos en la bahía de Le Saline, al NW de Cannigione, muy bien resguardada excepto de vientos del E en fondo de arena y algas.

Al norte de Cannigione se extiende el archipiélago de La Maddalena, antaño zona militar hoy reconvertida en Parque Nacional. Para poder navegar y fondear es preciso obtener y pagar un permiso. Se puede hacer en Internet a través de la web del parque. El permiso puede ser diario o semanal y autoriza a navegar por el parque y a utilizar los campos de boyas instalados en el mismo. Intentamos, sin éxito, reservar un amarre en el puerto de Cala Gavetta en la isla principal de la Maddalena, y acabamos amarrados en uno de los campos de boyas en los cuales en principio solo pueden pernoctar las embarcaciones locales y aquellas dotadas de un certificado de idoneidad medioambiental que expiden las autoridades italianas. A pesar de no ser lo uno, ni tener lo otro, pasamos la noche y nadie nos dijo nada.

El campo de boyas que elegimos fue el que se encuentra entre las islas de Budelli, Razzolli y Santa María. El lugar, idílico al caer la tarde. Durante el día, un infierno de barcos llenos de turistas entrando y saliendo entre las boyas, gomones, motoras... Un peligro alejarse a nado más allá de unos metros del barco con semejante tráfico e irresponsabilidad de los patrones. Pero como decía, al atardecer, por la noche y en las primeras horas de la mañana es un paraíso de roca, arena, agua transparente, tranquilidad... Probablemente hay que visitar otra vez el archipiélago con más días y tranquilidad, para divertirse navegando entre los cientos de islotes, y conocer más a fondo los innumerables fondeaderos que ofrece el archipiélago, pero será fuera de temporada: en mayo, junio o septiembre, quizás en la primera quincena de julio. En la segunda quincena de julio y agosto, no.

Además del puerto deportivo de la Maddalena hay otros pequeños puertos en el archipiélago. Varios en los alrededores del pueblo y otro, Porto Massimo, en la zona norte de la isla principal. Nada más os podemos contar de esta zona.





Bonifacio



Navegando por esta zona hay una recalada imprescindible en la costa sur de Córcega: Bonifacio.

La llegada es espectacular: los acantilados se van volviendo más y más claros por el efecto de la piedra caliza reflejando la intensidad de los rayos del sol. Después, la estrechísima, y transitadísima entrada al puerto; una lengua estrecha de agua dominada por el recinto amurallado de la parte alta de la villa. Finalmente, el puerto; colorista, coqueto y también atiborrado de gente en los muelles, y de todo tipo de barcos en el agua.

Cuesta creer el tamaño de los mega-yates que amarran en el muelle que está más al E. Una verdadera imprudencia que alimenta la codicia, y un peligro para las embarcaciones menores que incesantemente entran y salen del puerto.

Fue imposible reservar con antelación en Bonifacio, ni por teléfono, ni por internet, ni por radio, ni con señales de humo. Creo que es la política tácita del puerto para no complicarse la existencia con las reservas sabiendo que sí o sí lo van a llenar cada día igualmente. Nosotros nos plantamos allí temprano, poco después del mediodía, y tuvimos suerte. Quedaban media docena de amarres libres en unos pantalanes tan próximos los unos a los otros que maniobrar para amarrar de popa es una proeza. Mucho mejor, sabiéndolo antes, es maniobrar antes y entrar de popa ya desde el canal. A lo largo del día siguieron entrando y saliendo barcos pero a media tarde allí ya no cabía ni un barco más.

Es aconsejable subir con el tren chu-chu al atardecer a la parte alta de la villa para recorrerla cuando empieza a refrescar. El área agradece un par de horas de paseo tranquilo para llegar hasta el cementerio, rodear las murallas, y callejear sin prisa arriba y abajo por el pueblo. Amplia oferta gastronómica para cenar y las mejores terrazas, aquellas más frescas y con vistas, normalmente ya totalmente reservadas de antemano. La vuelta, cuesta abajo, mejor a pie.

Bonifacio es la típica joya del Mediterráneo que ha vendido su alma al turismo de masas. Precioso como conjunto urbano y portuario, vacío de todo lo que no sea locales de hostelería y tiendas de souvenirs. Con todo, una parada para conocer este enclave tan peculiar es, como decía al principio, imprescindible.

El amarre sale por unos 80 euros/noche. De los baños mejor no hablamos. En el muelle música muy alta hasta las 2 de la madrugada. Mejor también en este caso es saberlo de antemano, no hacerse ilusiones de dormirse pronto, y unirse con decisión a la fiesta.





De Bonifacio a Porto Torres





Desde Bonifacio, por imperativo del cambio de tripulación, navegamos directamente hasta Castelsardo. Por tanto, del tramo de costa entre Palau y Castelsardo, con lugares a priori tan interesantes como Porto Liscia, Porto Pozzo, La Marmoratina, Santa Teresa Gallura, Capo Testa e Isola Rossa no puedo aportar información de primera mano.

Castelsardo es otra escala muy agradecida. Las instalaciones de la marina son correctas y el precio un poco inferior a la media de 85 euros/noche, aunque el carácter del personal que nos atendió contrastó con la amabilidad generalizada que recibe el visitante en Cerdeña.

Desde el mismo puerto sube un autobus a lo alto del pueblo. Realmente está alto y el paseo de ida, aunque estimulante para el apetito, te puede dejar desfondado. Una vez arriba, Castelsardo es una grata sorpresa. El interior del pueblo nos gustó más que las fotografías que habíamos visto, y las vistas desde lo alto son fabulosas. Tuvimos la suerte de coincidir con un evento cultural que incluía actuaciones musicales y teatrales repartidas por el pueblo. Un gustazo.

En la parte alta todo se reduce, como era de esperar, a restaurantes, bares y tiendas de souvenirs. En la parte más moderna del pueblo, aquella que se extiende por las laderas que bajan hacia el mar se puede encontrar un poco más de vida de verdad. En general, por todas partes, mucho turismo familiar italiano. Para volver a la marina, otra vez cuesta abajo, lo mejor un paseo digestivo.

A ambos lados de Castelsardo playas inmensas que no ofrecen, con las condiciones habituales de NW o WNW un lugar seguro ni tranquilo para fondear. Al norte, la playa se extiende hacia Isola Rossa; al sur, prácticamente hasta Porto Torres.

Porto Torres es un gran puerto industrial, comercial, pesquero y con una pequeña parte dedicada a embarcaciones de recreo. Hay un pantalán gestionado por la empresa Cormorano (la misma que gestiona los campos de boyas en la isla de Asinara) en estado bastante precario. Debería ser aconsejable reservar con antelación porque el pantalán tiene muy poquitas plazas para barcos en tránsito. Nosotros lo hicimos pero nadie nos esperaba... Los baños están fuera de la marina en el local del “Autogrill” y por tanto cerrados de noche. Enfrente de la marina hay un súper bastante bien abastecido. El precio en la línea habitual de los 80 euros/noche. La única ventaja competitiva de la marina de Porto Torres es su proximidad al aeropuerto de Alghero; se puede ir en autobús hasta Alghero y desde allí fácilmente al aeropuerto, o bien coger un taxi por unos 70 euros.

El pueblo es sobre todo un lugar de tránsito para turistas que entran o salen de la isla en los ferrys que desde aquí van a Barcelona, Francia y la Italia peninsular. Con todo, al atardecer la plaza central y calles adyacentes se animan mucho y es agradable para una cena con paseo.


Parte IV. La Costa Oeste - Entre Castelsardo y Carloforte

Unas 10 millas al NW de Porto Torres está el atractivo pueblecillo de Stintino. Tiene una nueva marina, la que ocupa la parte NE del puerto, en la que no debería ser un problema encontrar amarre en temporada alta. Los baños son básicos pero aceptables. El precio, alrededor de 70 euros/noche.

Desde la marina hay un paseo de unos 20 minutos hasta el centro del pueblo ya que hay que rodear la lengua de mar interior en donde amarran las embarcaciones locales. La marina pone un mini-autobus a disposición para quien quiera ahorrarse este paseo.

En el pueblo, media docena de restaurantes al borde del mar, con un ambiente tranquilo y también bastante familiar. Es agradable.

También es posible fondear justamente al sur de la bocana del puerto con buen resguardo del NW. Había varios barcos fondeados aquí aunque nosotros no lo utilizamos.

2 millas al norte del Stintino está el canal de La Pellosa, que separa Cerdeña del islote de Isola Piana. Es una de las playas más conocidas de Cerdeña y la entrada del canal ofrece un fondeo extraordinario sobre fondo de arena. Hay que estar atentos a la sonda porque en algunas zonas hay menos de 2 metros de agua. Esto no es un gran problema porque el fondeadero es muy grande, arena por todas partes con algunos parches de posidonia, y hay suficiente espacio para fondear con comodidad y seguridad en 3 ó más metros de agua. En la playa, uno de los pocos macro hoteles que alteran la costa sarda (uno a veces se pregunta donde se alojan los miles de turistas que llegan a la isla), y siempre mucha gente. El color del agua en la Pellosa es increíble. Muy recomendable a pesar del gentío de la playa.

También se fondea en el canal de Fornelli, pegados a la parte NNE de Isola Piana, en las zonas en las que el fondo es de arena. Atención a la sonda.

Al otro lado del canal de Fornelli, la gran isla de La Asinara (literalmente; una recua de asnos. Pequeños asnos blancos viven felices en libertad, ocupando a sus anchas toda la isla. Por la mañana, en vez del canto del gallo, a uno le despiertan los rebuznos de estos burritos). Antiguo lazareto, después carcel, es hoy otro de los maravillosos parques nacionales marítimo-terrestres de Cerdeña. Hay varios campos de boyas esparcidos por la costa E de la isla que gestiona la empresa Cormorano de Porto Torres. El precio es de 38 euros/noche. Nosotros utilizamos el de Cala Reale, (más de 20 boyas disponibles - en julio la mayoría libres) en donde también tienen un pequeño pantalán al que se puede amarrar. Nosotros preferimos quedar amarrados a la boya y bajar a tierra con la neumática (aunque la norma del parque prohíbe el uso de motores para bajar a tierra, todo el mundo los utiliza para este propósito – ojo, no para merodear por la costa!-). En Cala Reale está el centro de visitantes donde informan de las distintas actividades que se realizan en el parque. También es posible alquilar bicicletas o vehículos eléctricos para recorrer los caminos y senderos de la isla. Incluso hay un bar-restaurante para cenar al lado del gran edificio que recuerda a la residencia de un gobernador inglés en una isla del Caribe y que hoy es utilizado por el destacamento de Carabinieri que “veranean” en la isla.

La Asinara nos gustó mucho. En verdad me hubiera quedado unos días más para recorrerla con calma y conocer el resto de los fondeaderos. En primavera, cuando el calor no aprieta tanto como en julio y agosto, debe ser un lugar maravilloso.

El canal de Fornelli, que separa La Asinara de Isola Piana, aunque con poco calado en la parte W no supone un problema especial. Hay dos enfilaciones claras en tierra que permitirían atravesarlo sin GPS. Cosa distinta debe ser con mar gruesa o temporal. En ese caso, lo más prudente sea acaso bordear La Asinara por el norte virando Punta Scorno. Nosotros atravesamos Fornelli sin mayor dificultad y regresamos a la costa Oeste de Cerdeña.

Este tramo de costa es el más expuesto al viento y al mar. Tiene pocos lugares de abrigo y subirlo de Sur a Norte, con Mistral puede ser bastante complicado y poco aconsejable para un plan de vacaciones. En cambio, de Norte a Sur, aunque el Mistral refresque, viento y ola llegan por la aleta de estribor. Sin un Mistral fuerte bajar esta costa es un placer. Nosotros, en los últimos días de julio hemos tenido un fabuloso régimen de brisas de NW que calmaban al atardecer y no se restablecían hasta pasado el mediodía del día siguiente. En estas circunstancias, las 100 millas que separan La Asinara de San Pietro, ofrecen una espléndida zona de crucero.

El primer tramo se extiende desde el canal de La Pellosa hasta Capo Caccia. La costa se caracteriza por sus acantilados. El único fondeo claro está al sur de Capo Argentiera, en la playa de Porto Ferro, abierto al W pero probablemente interesante para un fondeo diurno en condiciones de mar calma.

Desde el islote de Isola Piana, unas 8 millas al sur de Capo Argentiera (no confundir con la Isola Piana que separa Asinara de Cerdeña) y hasta Capo Caccia la costa vuelve a ser caliza y por tanto con unas formaciones espectaculares. En condiciones de calma es aconsejable pegarse con prudencia a la costa y disfrutar del paseo panorámico.

Todo este tramo lo constituye la península que separa la bahía del Porto Conte del mar y forma parte del parque natural de Porto Conte y Capo Caccia.

2 millas más al sur de Isola Piana, el islote de Isola Foradada. Como su nombre indica, horadada por la acción de la erosión, es un lugar también precioso. Hay agua suficiente para navegar alrededor del islote. Y prácticamente enfrente se encuentra el acceso a la más famosas de las grutas costeras de Cerdeña, la Gruta de Nettuno. No obstante, no es posible visitarla desde un barco privado. La organización de la gruta obliga a llegar en los barcos de transporte de pasajeros que salen de Alghero o bien desplazarse hasta el cabo en vehículo particular y después bajar y subir unos 400 escalones. Dentro de la gruta, los guías organizan las visitas. Parte de la tripulación optó por visitarla desde Alghero en uno de estos barcos de day-trips. Hay que pagar primero el barco, y después la entrada a la gruta. Mucha gente, pero recomendable.

Entre Capo Caccia y Alghero hay varias posibilidades de fondeo. En el interior de la bahía de Porto Conte: Pischina Salida, Tramariglio o los alrededores de la pequeña marina de Porto Conte son los lugares más utilizados. También al norte de Capo Gallera hay otros tres fondeos posibles: directamente al norte del cabo, en la cala del Lazzaretto o en la playa de Lombarde. Nosotros hicimos un fondeo diurno en la pequeña cala del cabo Gallera y otro nocturno en la cala del Lazzaretto. Durante el día toda la zona está llena de embarcaciones que salen de las marina de Porto Conte, Fertilia y sobre todo Alghero, pero por la noche no queda nadie: últimos días de julio, el nuestro era el único barco que pasó la noche en la bonita cala del Lazzaretto.

De las marinas de Porto Conte y Fertilia nada puedo decir. Nosotros entramos en el inmenso puerto de Alghero y optamos por el muelle de la Cuarentena, al pie de las murallas que encierran el centro histórico de esta ciudad. Esta zona del puerto, la parte S, es el mejor lugar para los barcos en tránsito. Además del Consorcio Público del Puerto de Alghero, hay otras dos empresas privadas (Aquatica Marina y Marina di Sant'Elmo) que gestionan amarres en tránsito. El Consorcio y Aquatica Marina comparten los baños, aceptables pero en número muy insuficiente, y el mismo nivel de precios, alrededor de 80 euros/noche. Finales de julio, y aunque habíamos reservado el amarre con antelación, no habría sido necesario.

El recinto histórico intramuros de Alghero es otra joyita urbanística imprescindible que comparte con lugares tan espléndidos como Bonifacio haber vendido su alma al dinero en forma de locales de hostelería y tiendas de souvenirs. Poco más se encuentra dentro de las murallas. La vida real se extiende por la ciudad fuera del recinto amurallado. A pesar de todo, como decía antes, es imprescindible darse un paseo sin prisas por el casco antiguo y no dejar de tomarse un aperitivo en la muralla al atardecer (el Spritz al Aperol es el aperitivo de moda en Italia) y maravillarse con la puesta de sol a poniente de Capo Caccia y con la luz extraordinaria que pinta con tonos dorados toda la fachada marítima de la villa.

Entre Alghero y Bosa Marina la costa es rocosa, abierta y con pocas opciones para fondear. Con buen tiempo, al doblar Capo Marargu, se podría fondear en un par de pequeñas calas que nosotros hemos visto ocupadas por pequeñas embarcaciones locales: Cala Bernardu, inmediatamente al E del cabo, y Porto Managu, una milla más al E. Atención a las sondas y los fondos!

Aunque las cartas marinas indican la prohibición de fondeo en la playa de Bosa Marina, es esta una información que no corresponde con la práctica real. Es un fondeo parcialmente reparado del NW que estaba lleno de embarcaciones locales y donde nosotros echamos el ancla para darnos un baño antes de entrar al puerto fluvial de Bosa en el río Temo.

La entrada, en las cartas, puede parecer más complicada de lo que en realidad es. La bocana y el canal del río deben ser dragados con regularidad porque había siempre más de 3 metros agua desde la entrada hasta la zona en la que se encuentran las dos pequeñas marinas de Bosa. La primera que aparece remontando el río, a babor, es Nautica Pinna. La segunda, que es la que utilizamos nosotros, es la Marina di Porto di Bosa. Aquí encontramos finguers por segunda vez desde que llegamos a Cerdeña (los primeros en la marina de Portus Karalis en Cagliari). Los baños muy discretos y el mejor precio de toda Cerdeña, unos 50 euros/noche.

A unos doscientos metros de la marina está la parada del tren chu-chu que te lleva al centro. Nosotros decidimos caminar, unos 25 minutos, y regresar con el tren. El pueblo de Bosa es más que agradable. Al margen de las aglomeraciones de otras zonas de Cerdeña prevalece el turismo local a pequeña escala y se observa vida real al margen de la actividad generada por los visitantes. Muy recomendable darse un paseo por las calles del centro histórico, bajar hasta el río o subir hasta el castillo. Bosa Marina nos ha gustado.

Entre Bosa Marina y la Península del Sinis hay otros dos posibles fondeos con resguardo moderado. El primero en cala Saline, en Madriola, inmediatamente al E de Capo Mannu, y el más conocido de las islas de Mal di Ventre, que ya forman parte de la reserva marina del Sinis. Nosotros, como se había levantado un poco de mar y habíamos salido tarde de Bosa preferimos continuar hasta el Sinis. Al E de la península hay dos campos de boyas (es reserva natural y el fondeo libre está prohíbido). El problema aquí es que se necesita un permiso, y este permiso es bastante complicado de tramitar: hay que descargarse un formulario desde la web del parque, cubrirlo, acudir a un estanco para comprar papel timbrado, y entregarlo en las oficinas del parque. Todo esto supone una misión casi imposible si uno está de paso por esta zona y solo pretende pasar la noche aquí.

Nosotros, aún careciendo de permiso, decidimos amarrar a una boya. Pocos minutos después apareció la patrullera de la Guardia di Finanza que nos pidió la documentación del barco y de los tripulantes. Nos explicaron que no podíamos amarrar allí, que se necesitaba el permiso. Todo, debo decirlo, muy amable y educadamente. Nos dijeron que por esta vez no nos iban a multar pero que no nos podíamos quedar allí, a lo cual respondimos que solo sería una noche y que por la mañana temprano nos marcharíamos hacia la isla de San Pietro. Accedieron advirtiéndonos de que ellos no nos iban a multar, pero que si venía otra patrullera sí que podrían hacerlo. Asumimos el riesgo y nos quedamos.

La conclusión que saco es que esta escena, más o menos, se repite todos los días. Se limitan a informar de la necesidad del obtener el permiso aunque son conscientes de que esto es casi imposible para un barco que acaba de llegar de España o Francia y que solo está de paso. Por tanto, toleran la infracción, y permiten que se pase allí la noche.

Toda esta situación sería fácilmente evitable si el permiso se pudiera obtener y pagar por internet como ocurre en el caso del parque nacional de La Maddalena. Supongo que en el futuro lo solucionarán.

La zona de fondeo está muy bien protegida de vientos del tercer y cuarto cuadrante. Hay que entrar con cuidado porque la sonda va descendiendo y en la boya que amarramos tenía escasos 3 metros de agua alrededor. En condiciones de “seguridad jurídica” habríamos bajado a tierra en la neumática. Aquí se encuentra el recinto arqueológico de la antigua ciudad de Tharros, cuyos restos veíamos desde el barco, además de la más antigua iglesia de Cerdeña en San Giovanni. Toda la zona de la península es agreste y atractiva. No así la vista hacia el E donde está el conjunto industrial de Oristano.

En la zona N del golfo de Oristano, en Torre Grande, hay una marina de la que no podemos dar información, con calados, según las cartas, de 2 metros en los accesos y zonas de bajos.

Desde Capo San Marco hasta la isla de San Pietro la costa vuelve a ser rocosa. Los lugares más atractivos son Portixeddu y Porto Masua. De estos dos lugares ya hablamos en el primer apartado por lo que no lo repetiré aquí.



Volver a RELACIÓN de ARTÍCULOS