Breve Derrotero de La Toscana


Apuntes de un Viaje en Velero por La Toscana





Apuntes de Derrota

*Toda la información expuesta a continuación ha sido elaborada de buena fe con la única intención de ser de utilidad a otros navegantes. No obstante, la seguridad de un barco depende en última instancia del juicio de su patrón, el cual debe evaluar toda la información publicada y no publicada disponible. En ningún caso estas notas deben ser consideradas como sustitutas de los derroteros oficiales.

Todo el mundo asocia la Toscana al Renacimiento, a las ciudades del arte de Florencia, Siena, Pisa, a los paisajes de colinas ondulantes y cipreses. Pocos, en cambio, conocen que frente a sus costas se localizan siete fabulosas islas que conforman el Parque Nacional del Archipiélago Toscano.

En julio de 2019, durante algo más de tres semana hemos estado navegando por las islas del Parque Nacional, y por algunos puntos de la costa peninsular. El área que cubren estas notas se extiende desde el promontorio de Piombino al norte, hasta la península del Argentario al sur.

El barco en el que navegamos es un velero de 42 pies y 2,1 metros de calado.




Comencemos por Piombino, en donde amarramos en la Marina di Salivoli (75 eur/noche en julio). Se encuentra a unos 40 minutos andando del centro histórico de Piombino. El paseo, al atardecer, se ve recompensado por el ambiente del pequeño centro histórico y por las vistas de las islas que nos esperan en el archipiélago. En días con buena visibilidad se vislumbra la costa este de Córcega. Como digo, es agradable darse una vuelta por la Piazza Bovio y el Corso Vittorio Emanuele II al atardecer..

La Marina di Salivoli es grande, lo que no garantiza disponibilidad en verano ya que la mayoría de los amarres son de barcos residentes. El nivel de servicios es más que correcto, si lo comparamos con lo que nos encontraremos después en el archipiélago. A unos 15 minutos andando, cuesta arriba, hay un súper (COOP) para hacer una buena y completa compra para la travesía. Enfrente del súper, también hay una lavandería (Lavandería Calimeros), no es barata, pero sí son rápidos y muy amables, y se ofrecen a llevar la colada de vuelta a la marina. Para volver al barco con una compra grande, lo mejor, llamar un taxi que os puede dejar delante del pantalán o muelle.

El acceso a la marina es dragado con regularidad, pero es preciso tener presente que amarrar en la gasolinera, a estribor directamente después de la bocana, puede ser un problema. Nosotros arañamos el fondo de arena con la orza al ir a hacer gasoil (nuestro calado 2,1 m). Como la profundidad debe variar a lo largo del año, lo más aconsejable es consultar previamente sobre el estado del fondo.

Con buen tiempo hemos visto barcos fondeados enfrente de la playa al este de la bocana de acceso a la marina, aunque en las cartas náuticas aparece la prohibición de fondear en esta zona.

El canal de Piombino separa la península de la isla de Elba. Son escasamente unas seis millas en las que el viento tiende a acelerarse. Hay un tráfico permanente de ferris que conectan los distintos puertos de Elba con Piombino. En el canal están los vistosos islotes de Palmaiola y Cerboli.

Viaje en Velero - Visita a Piombino 1
Viaje en Velero - Visita a Piombino 2
Viaje en Velero - Visita a Piombino 3



La isla de Elba

Elba es la mayor y más poblada, con mucha diferencia, de las islas del archipiélago. Su superficie es un poquito menor que la mitad de Ibiza, y al igual que esta última, su costa es muy recortada y hay muchas posibilidades de fondear al abrigo de casi cualquier viento.

La isla es muy bonita: un relieve muy accidentado, el monte Capanne supera los 1.000 metros, mucha vegetación, y los pueblos, tanto los costeros como los del interior, aunque saturados turísticamente, son indiscutiblemente atractivos.

Simplificando las formas, la isla tiene cuatro caras diferenciadas; la del norte y la del sur, de unas 15 millas de recorrido, la del este con unas 10 millas, y la del oeste, la más pequeña, unas 6 millas, y en la que solo se puede fondear en días de calma.

Daré un repaso a la costa en sentido horario empezando por el extremo NE de la isla donde se encuentra la población de Cavo que dispone de una amplia playa en la que hemos fondeado un par de veces. El fondo es irregular pero hay buenos parches de arena en los que clavar el ancla. También tiene un pequeño puerto deportivo para embarcaciones con poco calado. Nosotros no pudimos acceder. Como el resto de los fondeos de la cara este siempre llega un poco de ola, aún en días de calma, por el incesante tráfico de los ferris.


Fondeo en Cavo - Isla de Elba


Tres millas y media al sur de Cavo se encuentra Rio Marina, pueblo con una fachada pintoresca que dispone de una pequeña marina, en realidad dos pantalanes con muy poquito espacio para maniobrar. Es simpático ver el varadero en lo alto de una ladera sobre el puerto. Uno se pregunta como serán las maniobras para llevarlos hasta allí por el camino que asciende desde el puerto.


Puerto de Rio Marina - Isla de Elba


Escasamente dos millas al sur de Rio Marina fondeamos al NW del Islote de Ortano, obteniendo algo de refugio de las brisas del SE habituales durante el día en este tramo de costa. Es un fondeo bonito aunque hay que tirar el ancla en unos 10 de fondo bastante irregular. Solamente válido como fondeo diurno.




Porto Azurro

Otra milla más al sur se abre hacia el W la bahía de Porto Azurro, o Golfo di Mola. La bahía está protegida por sendos fuertes, Forte Longone y Forte Focardo, construidos por los españoles en tiempos de Felipe II al objeto de contrarrestar la presencia de los Medici en Portoferraio. En cierto modo, si observamos con atención, en la isla de Elba encontramos algunas de las claves que explican el delicado equilibrio de alianzas tejidas en Italia a lo largo del siglo XVI en el marco del permanente conflicto entre España y Francia por la supremacía en la península italiana.

Volviendo a lo que nos ocupa, en la parte norte de la bahía hay un par de fondeos posibles en las playas de Barbarrosa y Terra Nera. Hemos visto barcos fondeados aquí pero nosotros optamos por los de la parte sur, relativamente más resguardados de las brisas diurnas, ya que en la isla el viento tiende a seguir las líneas de la costa. Los más frecuentados son los que están al norte y al sur de la Punta di Calanova. Fondeamos en el que está al norte porque el del sur, más agreste y atractivo, estaba completamente saturado y no había donde meterse. También pasamos una noche fondeados al SW del puerto de Porto Azurro, al norte del varadero Cantiere Navale Golfo di Mola, y desde aquí bajamos a tierra con la auxiliar. Toda la bahía, allí donde el calado es inferior a los 13 ó 14 metros, está abarrotada, aunque pudimos encontrar un hueco al fondo de la misma, en unos 4 metros de fondo sobre fango y arena (atención a los bloques de cemento señalados en las cartas de Navionics porque están ahí).

El puerto de Porto Azurro es uno de los atractivos de la isla. Media docena de callejuelas repletas de tiendas, bares y restaurantes se extienden alrededor de la zona portuaria. Muy animado al atardecer, los veraneantes que han pasado el día en la playa, bajan al pueblo a cenar y a pasear. Tiene un pequeño puerto deportivo en el que, al igual que los otros puertos deportivos de la isla, es imprescindible reservar con antelación. El precio, alrededor de 90 euros/noche. Los baños y duchas, muy discretos, por mostrar generosidad en la apreciación, están en una de las calles del pueblo, a un par de minutos andando desde el puerto deportivo. Desde Porto Azurro se puede hacer una excursión en autobús a uno de los pueblos más bonitos del interior de la isla, si bien saturado turísticamente: Capoliberi.

Viaje en Velero a Porto Azurro - Isla de Elba
Golfo di Mola - Isla de Elba

La Costa Sur de la isla de Elba

A cinco millas escasas al sur del golfo de Mola alcanzamos la Punta Galera que podemos considerar el límite entre la costa este y la costa sur de Elba. En la costa sur hay tres grandes bahías, de este a oeste, el Golfo Stella, el Golfo della Lacona y el Golfo di Campo. En los tres golfos hay innumerables opciones de fondeo seguro, en buenos fondos de arena, para resguardarnos de vientos del norte, este y oeste. Se trata solamente de elegir según las preferencias de cada cual. Sin embargo están completamente abiertos al sur. Con vientos frescos de esta dirección, mejor buscar el abrigo de la cara norte de la isla. En el Golfo di Campo se encuentra el único puerto de este sector: Marina di Campo.

Viaje en Velero Plaza a Plaza a Marina di Campo - Isla de Elba


Otra parada muy recomendable para disfrutar del ambiente de los puertos costeros de Elba. Aquí no hay puerto deportivo y es necesario fondear en la bahía. Es muy amplia, con fondos de arena, y hay espacio para varias docenas de barcos. De hecho, suele estar saturadas de todo tipo de embarcaciones. En Marina di Campo pasamos una noche y bajamos a tierra con la neumática. En el pueblo se puede hacer una compra básica.

Por último, unas seis millas al W de Marina di Campo hay otra bahía, bastante más estrecha y orientada hacia el SE, conocida como Golfo di Barbatoia o Fetovaia. Es bastante más pequeña que las anteriores y las dos veces que anduvimos por aquí estaba repleta de barcos fondeados. Las boyas que limitan la zona de baño, omnipresentes en la isla, obligan a fondear entre 5 y 10 metros, según el espacio disponible. El entorno, no obstante, es muy atractivo.

La costa oeste, entre la punta de Fetovaia y Capo Sant'Andrea, no tiene ningún fondeo seguro excepto en condiciones de calma total. La costa es alta y escarpada, y los barcos locales, lanchas y neumáticas, anclan frente a los pueblos de Pomonte y Chiessi, o al socaire de la Punta Nera.


La Costa Norte de la isla de Elba

A partir de Capo Sant'Andrea, ya en la costa norte, las opciones para fondear aumentan significativamente. Aunque según las cartas en este primer tramo de la costa norte está prohibido fondear, la realidad es que hay embarcaciones fondeadas en cada recoveco de la costa. Nosotros echamos el ancla para un fondeo diurno en una pequeña cala inmediatamente al sur de Punta del Nasuto, en la cara oeste. Un lugar realmente estrechito donde se encuentran fondos de arena, enfrente de la playa y muy pegados al acantilado. Hay que tener cuidado con las rocas que aparecen señalizadas en las cartas de Navionics. El lugar, precioso.

Pasada la Punta del Nasuto llegamos al puerto de Marciana Marina. Una de las sorpresas más agradables del verano. La llegada desde el mar es fantástica, con las pintorescas fachadas de Marciana rodeando el puerto, y la montaña verde y esplendida en vegetación como telón de fondo. Muy recomendable. Es necesario reservar con antelación porque el puerto deportivo tiende a llenarse, especialmente las noches de los viernes y los sábados con los barcos que vienen a pasar el fin de semana desde la península. El habitual nivel de precios, sobre 90 euros/noche, y unos baños aceptables en el mismo puerto deportivo. En el pueblo, al atardecer, el clásico ambiente de cenas y paseos. Muchos restaurantes, tiendas y un programa con diversas actuaciones, a lo largo del verano, en la plaza central. La marina pone a disposición de los clientes un servicio de coche con conductor, gratuito, muy útil para ir a hacer la compra. Hay un supermercado en la parte alta del pueblo, a unos 15 minutos andando desde el puerto deportivo.

Viaje en Velero Plaza a Plaza a Marciana Marina - Isla de Elba


También es muy recomendable desde aquí una excursión a los pueblos de montaña de Poggio, y sobre todo Marciana. Se llega sin problemas con el autobús urbano. El trayecto, por una pequeña y sinuosa carretera de montaña, deja una vistas preciosas de los pequeños valles que descienden hacia el mar. A la entrada de Marciana está la estación del telesilla, en realidad cestas biplazas (Cabinovia), que asciende hasta lo alto del Monte Capanne, el punto más alto de la isla. Si coincide con un día claro, porque las nubes tienden a quedar atrapadas en la cumbre del monte, la vista desde aquí es espectacular: todo el archipiélago toscano, Córcega y la península italiana a vista de pájaro.

Vistas desde Marciana - Isla de Elba
El CabinoVia del Monte Capanne - Isla de Elba

Al este de Marciana Marina se encuentran otros tres amplios golfos, abiertos al NW. Son Procchio, Biodola y Viticcio. En cualquiera de los tres se obtiene buen abrigo excepto para viento o mar del cuarto cuadrante. Mucha arena y muchos barcos. Nosotros fondeamos en dos ocasiones en Viticcio, en unos 5 metros sobre arena en la que el ancla se clava perfectamente. En cualquiera de los tres golfos es posible bajar a tierra con la neumática.

Y por último, nos queda la capital de la isla de Elba: Portoferraio. La entrada desde el mar es fabulosa: todo el recinto fortificado de la villa, con las murallas, fuertes, bastiones y, una vez en el interior del puerto, pareces estar navegando sobre la escena acuática de un teatro formado por docenas de edificios, erigidos sobre los cimientos de la antigua muralla, pintados con los colores habituales de la Toscana. Atención porque con tanta belleza podemos olvidarnos de los ferris que entran y salen permanentemente, cada 15 ó 20 minutos, muy pegados al acceso al puerto deportivo. Siendo una recalada aconsejable, uno, no sé bien porqué, esperaría más del interior de Portoferraio.

Entrando al puerto de Portoferraio
Viaje en Velero por Plazas a Portoferraio - Isla de Elba

Todo en Portoferraio recuerda la presencia del primer exilio de Napoleón. Es visitable, en lo alto de la ciudad, la Villa dei Mulini, lugar de su residencia de once meses en la isla, hoy convertido en museo. El puerto deportivo, la Darsena Medicea, aunque algo abierto al SW, ofrece el mejor refugio de toda la isla. Lo bueno, que estás en el centro de la villa; lo malo, que estás demasiado en el centro, al lado de una avenida con tráfico de coches constante durante el día, y de paseantes al atardecer. Aquí nos resguardamos del segundo temporal, en esta ocasión del NW, y casi no nos enteramos del viento F7 con rachas de F8 que soplaron en la costa norte. Pagamos 105 euros/noche, injustificados para el nivel de servicios. Otra vez, como en Porto Azurro, hay que peregrinar por el interior del pueblo, unos cinco minutos a pie, hasta llegar a los baños públicos, en el sótano del edificio del ayuntamiento, donde además hay que volver a pagar por el uso de las duchas y los WC. En fin... Portoferraio es un buen lugar para alquilar un coche y visitar el interior de la isla. Hay dos o tres empresas de alquiler en la parte del puerto comercial.

Además de la Darsena Medicea hay otras dos puertos deportivos, pero están situados al sur, en la zona industrial: el de ESAOM CESA, con un gran varadero, y otro más pequeño utilizado por las flotas de chárter. No puedo aportar ninguna información más concreta sobre ellos.

Por último, la bahía de Portoferraio es un buen fondeadero, muy amplio, en donde siempre hay docenas de barcos anclados.


La costa de la Toscana: entre Piombino y la península del Argentario

Volvemos a la península porque desde Elba navegamos hacia el golfo de Follonica para refugiarnos del primer temporal del verano que venía del SE. El golfo se extiende de Piombino al norte, hasta Punta Ala al sur. La costa es arenosa y más o menos en el centro del golfo se encuentra Follonica, la localidad que le da nombre y que es algo así como un Benidorm a la italiana. Tres millas al SE de Follonica se encuentra la Marina de Scarlino, un puerto deportivo bastante grande con una entrada que debido al poco calado puede ser comprometida con mar de NW. Entre la Marina de Scarlino y la Marina de Punta Ala hay una zona con muchos fondeos agradables siempre que no haya mar del oeste. Durante el día toda la zona se llena de embarcaciones locales, pero por la noche, como es habitual en esta zona de Italia, los fondeaderos se vacían y la paz es casi absoluta. Los fondos de buena arena predominan en toda esta parte con buenas sondas de alrededor de 4 ó 5 metros. La zona más protegida de las brisas del SE es inmediatamente al E de la bocana de Punta Ala. Lógicamente, es la zona más atestada de pequeñas embarcaciones que salen a pasar el día. Más al norte, la presión disminuye y el entorno, con un gran pinar que sigue la línea de la playa, es muy agradable.

Nosotros amarramos en el puerto deportivo de Marina di Punta Ala para protegernos del temporal del SE. Es una de las grandes marinas de este litoral. Los servicios son de primer nivel y el precio, teniendo en cuenta los precios pagados en Elba, razonables; 85 euros/noche. Dentro de la marina hay tiendas náuticas, restaurantes y una pequeña tienda de alimentación. Fuera de la marina, nada. Como nosotros nos quedamos un día esperando a que remitiese el temporal, la tripulación decidió hacer una excursión a Groseto. Dos opciones, ir en taxi hasta Follonica y desde allí en tren, o directamente en taxi por unos 90 euros por trayecto. Otra excursión cercana y muy recomendable es el pueblo de Massa Marittima, aunque desde aquí la logística es más o menos la misma. Finalmente, también se podría ir a Follonica y desde allí alquilar un coche para recorrer el interior de esta zona de la Toscana.

Desde Punta Ala navegamos hacia el sur. Con tiempo en calma es posible fondear para un piscolabis diurno unas tres millas al SE de Punta Ala protegido por la punta de Le Rochette. A partir de ahí, la costa es arenosa y rectilínea. Solamente en las desembocaduras del río Bruna, en Castiglione della Pescaia, y del canal de San Rocco hay pequeños puertos deportivos. El primero solo es válido para pequeñas embarcaciones de poco calado. El segundo es la Marina di Groseto, 130 euros/noche, que puede servir de base para hacer una excursión a Groseto, mucho más cómodamente que desde Punta Ala. El acceso al puerto está limitado a embarcaciones con calados máximos de 2,1, u con este calado solo se puede entrar con el mar completamente en calma. Y un poco de ola, suele haberla. Nosotros decidimos pasar de largo y seguir hacia el sur. Con vientos del sur hay un fondeo muy atractivo en Cala di Forno, unas siete millas al SE de la Marina di Groseto. Como nosotros bajábamos con un norte fresco continuamos hacia la bahía de Talamone.

En Talamone hay tres o cuatro pantalanes, en la mejor tradición italiana, gestionado cada uno por una empresa familiar distinta. Intentamos amarrar pero todo estaba completo, lo que resultó una suerte porque el fondeo en la bahía es muy bueno. En situaciones de flujo del norte, muy habituales en la zona, Talamone es uno de los mejores refugios de la zona. Pero hay que prestar atención a la sonda porque los fondos, al norte de la bocana del puerto se vuelven muy irregulares y hay zonas con muy poquito calado. Nosotros tiramos el ancla al NE de la entrada al puerto, con mucho espacio para bornear, en unos 3-4 m de fondo.

Viaje en Velero Plaza a Plaza a Talamone - Costa de la Toscana

Desde aquí bajamos en la neumática hasta el pueblo. Pequeñito pero muy agradable, con un paseo aconsejable hasta el promontorio del castillo para ver el atardecer sobre el Tirreno. La placita del pueblo, con dos o tres bares y restaurantes, muy llenas eso sí, son un lugar estupendo para cenar. En las dos ocasiones que hemos parado en Talamone había un barco amarrado al muelle, acostado al NW de la gasolinera. Probablemente es una alternativa para quien no quiera echar el ancla en la bahía. El pequeño pueblo de Talamone, sin el glamour, ni tampoco el agobio turístico de los pueblos de Elba o del Argentario, nos gustó mucho.


La península del Argentario

Desde aquí navegamos a la península del Argentario, media docena de millas al sur. La península está coronada por la enorme mole del monte Argentario y unida a la península por un istmo de arena, en cuyo interior hay varias lagunas. La carretera de acceso al Argentario pasa por la pintoresca localidad de Orbetello, en donde hay una estación de tren que permite bajar o subir por la costa hacia Roma o Pisa. En el Argentario hay dos puertos: al norte Porto Santo Stefano, y al sur Porto Ercole. En el primero amarramos en el pequeño puerto deportivo delante del mercado del pescado, llamado Porto Domiziano. Volvemos a pagar 100 euros/noche, y otra vez tenemos que utilizar los servicios públicos del muelle pesquero. Las miserias de la náutica en Italia... Al WNW del gran Porto Novo, se encuentra el Porto Vecchio, mucho menos protegido en donde amarran las grandes esloras y los mega-yates. Un montón de restaurantes y bares alegran la noche en el Porto Vecchio de Porto Santo Stefano. En la ciudad, punto de embarque hacia la isla de Giglio, hay mucho movimiento y tiendas en donde hacer una compra.

Vista del Porto Vecchio de Santo Stefano - Península del Argentario

Para baños y almuerzos previos a la entrada a puerto fondeamos en la cala de Pozzarello, en la zona W de la bahía de Santa Liberata, en arena, con unos 5 m de fondo, por fuera de las consabidas boyas que delimitan el área de los bañistas.

Navegar alrededor del Argentario es un placer. Las vistas de la montaña, de las villas encaramadas en lugares increibles, la abundante vegetación... Sin embargo, los fondeos son un tanto precarios: muy expuestos, con fondos en los que abundan las rocas y muy profundos. Vimos barcos locales fondeados en Cala del Gesso y en la playa de Mar Morto, al E de Isola Rossa. Nosotros, esos días predominaba el flujo del NW, continuamos hasta la parte oriental de la península y echamos el ancla en Cala Lunga, al pie de Sbarcatello, un fondeadero amplio, con arena y profundidades razonables, situado milla y media al SW de Porto Ercole. Buen agarre al fondo y bastante movimiento por el constante paso de motoras. Puede ser un buen lugar para pasar la noche. Nosotros, debido al cambio de tripulaciones decidimos amarrar en Cala Galera. Atención a no recortar entre el islote llamado el Isolotto y tierra ya que está prohibido y señalizado con boyas. Hay suficiente calado pero hay que bordear el Isolotto por el exterior.

Cala Galera es un puerto público, con algunos amarres reservados para embarcaciones en tránsito que no se pueden reservar hasta el mismo día de llegada. Otra opción, que el mismo personal del puerto te sugiere si llamas por teléfono, es contactar con las empresas intermediarias en la gestión de amarres del puerto. Hay dos o tres y deduzco que gestionan las plazas de propietarios que quedan libres durante el verano poniéndolas a disposición de los barcos en tránsito. Es posible reservar con antelación pero los precios, ya se sabe, 100 euros/noche. La marina está muy bien organizada, las instalaciones bien mantenidas y los baños de lo mejor de esta zona del Tirreno, al nivel de los de Punta Ala. También hay varias tiendas náuticas y varios varaderos. Las empresas que trabajan en los varaderos tienen buena reputación para todo tipo de reparaciones, aunque esta reputación también afecta al altísimo nivel de precios. Desde Cala Galera, lo recomendable, es dar un paseo hasta Porto Ercole. No olvidarse de llevar una linterna para el regreso de noche. Hay un pequeño atajo por un sendero que sale del varadero y que serpentea entre los árboles, interesante para la ida, y quizás no demasiado recomendable para la vuelta por la falta de luz. Con cuidado, y con una linterna, mejor por la carretera, la mayor parte del trayecto con arcén para peatones. Justo a la entrada de Porto Ercole, es decir, a unos 15 minutos andando desde Cala Galera hay un supermercado, no demasiado grande, pero suficientemente surtido para aprovisionarse para unos días en las islas.

Porto Ercole es un pequeño puerto que ha crecido al lado del primitivo núcleo fortificado situado al norte de la bahía, protegido por el fuerte llamado Rocca Spagnola. Al otro lado de la bahía, en la parte norte, y sobre el promontorio a los pies del cual transcurre el sendero que antes comentaba, está el fuerte de Santa Caterina, también levantado por los españoles. Entorno, por tanto, espectacular, y animado ambiente de veraneo a la italiana. Los fines de semana mucha gente joven, muy estilosos todos ellos, en los bares del puerto. Atención a quien pueda tener problemas de movilidad porque conseguir un taxi para regresar a Cala Galera después de cenar es misión imposible. Por último, en Porto Ercole sufrimos un ataque masivo de mosquitos al atardecer. Nos pilló desprevenidos y algún tripulante padeció los efectos de las picaduras varios días. Recordar que había llovido unos días antes y debía haber habido una auténtica eclosión de larvas en las lagunas del istmo. Picaduras con muy mala leche que provocaron reacciones alérgicas importantes en varias partes del cuerpo.

En Porto Ercole también hay un pequeño puerto deportivo, Marina dei Presidi, más caro aún que Cala Galera, 120 euros/noche, y prácticamente sin servicios. Para una noche quizás pueda compensar evitarse el paseo nocturno, pero si la parada va a a ser más larga, como en nuestro caso debido al cambio de tripulaciones, creo que es preferible entrar a Cala Galera.

Por último, en situaciones de flujo del N o del NW se puede fondear frente a la playa, al norte de la bocana de Cala Galera. Fondos de arena y mucho, mucho sitio para bornear.

Desde Cala Galera volvemos al Archipiélago.


Las islas de Giglio y Giannutri

La isla más cercana es Giannutri. La mayor parte de la isla está vetada a la navegación y al fondeo. Se han habilitado dos canales de acceso para los dos fondeaderos. Por el canal del este se accede al Golfo degli Spalmatoi. Muy, muy amplio, pero con unos fondeos verdaderamente malos. Nosotros lanzamos el ancla en la calita al NE del porticiollo de Cala Spalmatoi, en 15 metros de fondo y con la popa a escasos cuatro o cinco metros de las rocas. Imprescindible estar muy pendiente y en consecuencia muy desaconsejable, en términos de paz de espíritu, para pasar la noche. Justo en el medio de esta calita había una boya amarilla, aparentemente colocada por las autoridades del Parque, a la que es posible amarrar sin coste. Si un barco la ocupa, a lo sumo queda sitio para otros dos, quizás tres como máximo si no son muy grandes. También observamos otro par de boyas en la punta San Francesco, la que cierra el golfo por el noroeste, aunque muy expuestas al mar. Es un fondeo complicado y vimos varios barcos que después de varios intentos de anclaje fallidos, se marcharon de aquí. Nosotros, hicimos parada de piscolabis, baño, y también nos fuimos con la música a otra parte.

Fondeo en la isla de Giannutri - Archipiélago Toscano

El fondeo en la otra cara, en Cala Maestra, es todavía más complicado. Menos espacio y más restricciones: se debe fondear con dos anclas ya que está prohibido hacerlo solo con una de proa (el espacio es tan reducido que se evita el borneo), así como largar un cabo a tierra. La recompensa a estas complicaciones es la posibilidad de acercarse a los restos de Villa Domiziana, la villa romana que se encuentra justo encima de la cala.

Unas ocho millas al noroeste de Giannutri, está la fabulosa isla de Giglio. En su cara este se encuentra el puerto, Giglio-Porto, precioso desde el mar, y con una docena de amarres disponibles y disputadísimos en verano. Hasta el verano pasado, se amarraba a la griega: tirando el ancla en donde te decían los marineros (ormeggiatore en italiano), y dando atrás para largar dos cabos al muelle. Este verano, un equipo de buzos estaba instalando muertos y cadenas por lo que supongo que la incomodidad de dar el ancla se habrá terminado. Por razón de estos trabajos, en pleno mes de julio (ya me dirás si no los podrían haber hecho en otro momento del año), el puerto estaba cerrado a las embarcaciones en tránsito. Una vez operativo, es un escala altamente aconsejable. Hay quien fondea al sur de Giglio-Porto, en las calas Canelle y Caldane. Nosotros echamos un vistazo y no nos convenció lanzar el ancla en profundidades importantes con fondos mixtos de arena y roca en los cuales predomina esta última. Al norte del puerto está la punta Gabbianara donde el capitán Schettino hundió el Costa Concordia. Hoy el lugar está marcado con una boya. Aunque la sonda cae a pique desde la costa, uno no deja de asombrarse de la temeridad de este hombre al pasar a menos de 60 metros de la costa (algo más de la longitud de una piscina olímpica) con una nave de esas dimensiones. En fin... También hemos visto barcos locales fondeados en Cala Arenella, algo menos de media milla al NW de Punta Gabbianara, probablemente solo válido como fondeo diurno.

En la cara oeste de la isla se encuentra la localidad de Giglio-Campese, con un amplio fondeadero de arena. El único inconveniente es que la línea de boyas que protege el área de baño obliga a echar el ancla a bastante profundidad. Si logras situarte en la primera línea, alrededor de 8-9 metros. Si esta primera línea ya está completa y tienes que pasar a la segunda, tendrás que lanzar el ancla más allá de los 12 metros de profundidad. Giglio-Campese es un fondeo muy agradable si no hay flujo del NW. Nosotros hicimos un par de noches aquí. En el pueblo, un par de calles y poco más, se vive un ambiente de veraneo muy italiano: durante el día todo el mundo en la playa, y al atardecer todos a cenar en los restaurantes, a tomar un helado en la heladería del puerto, y quizás un digestivo en alguna de las terrazas frente al mar. Todo muy tranquilo y con un ritmo muy sosegado. Nos gustó mucho Giglio-Campese. Otro aspecto a tener en cuenta es que salen con bastante frecuencia los pequeños autobuses (pullmini) que conectan Giglio-Campese con Giglio-Porto. Para lograrlo deben encaramarse a la montaña en un constante, y por momentos emocionante, zigzagueo por la carreterilla de la isla. En lo alto de la montaña se encuentra la tercera población de la isla, Giglio-Castello, un bonito núcleo histórico nacido al amparo del castillo. Vistas fabulosas y restaurantes aconsejables.

Fondeados en Giglio Campese - Archipiélago Toscano
Viaje en Velero por Plazas a la isla de Giglio - Archipiélago Toscano

Montecristo, Pianosa, Capraia y Gorgona

Unas 25 millas al WSW de Giglio está la isla de Montecristo. Como decía anteriormente está prohibido no solo el fondeo, sino también la navegación. Leyendo un periódico local, “Il Tirreno”, encontré la noticia de la sanción de 300 euros impuesta al patrón de un velero alemán por recortar y pasar navegando a menos de media milla de la costa

Otro tanto vale para Pianosa, a la cual no se puede acceder en barcos privados. A diferencia de la isla de Montecristo, salen barcos de Marina di Campo, en el sur de Elba, organizadas por el Parque Nacional. Las visitas deben hacerse obligatoriamente acompañadas por un guía oficial.

Por cuestiones de calendario y meteorología nos quedó pendiente la visita a la isla de Capraia, recomendada vivazmente por amigos de la isla de Elba como una de las escalas más agradecidas del archipiélago. Siempre hay que dejar algo para la próxima vez...

En cambio nos congratulamos de no haber visitado la isla de Gorgona, solo abierta a reclusos y funcionarios de prisiones, o refugio de última instancia en caso de verdaderos problemas (durante la navegación por Elba escuchamos un “mayday” y a la Guardia Costiera instando al barco a intentar alcanzar la isla de Gorgona para la evacuación de un herido grave). Ojalá algún día desaparezca la prisión y se abra a la navegación de recreo.

Para mayor información sobre las visitas al Parque Nacional, cartografía, zonificación, restricciones y permisos a la navegación y el fondeo, etc. conviene visitar el siguiente enlace de la web del Parco Nazionale Arcipelago Toscano. http://www.islepark.it


Conclusiones

Para finalizar, la conclusión a la que he llegado después de de estas tres semanas se condensa en que se trata de una zona con muchos ingredientes para ser considerada una buena zona de crucero: puertos y pueblos muy pintorescos, buenos fondeos (según en que isla), puertos deportivos y varaderos para temas logísticos o reparaciones (los puertos en la costa peninsular), paisajes muy atractivos, y una climatología en verano con vientos, generalmente, bastante manejables. Digo generalmente, porque en estas tres semanas de julio hemos sufrido dos temporales, el primero del SE y el segundo del NW, que afortunadamente se limitaron a un día de duración. También apreciamos la ausencia de medusas (solo las vimos un par de veces y en número tan escaso que no impedió el baño con máscara de bucear), y de mosquitos (a excepción del ataque masivo sufrido en Porto Ercole y detallado anteriormente). Y finalmente, la temperatura del agua, deliciosamente más fresca que la del Mediterráneo español. El lado negativo, que también lo hay, es la saturación de bastantes zonas y el alto nivel de precios de los amarres.